Una adecuada gestión de los desechos debe contemplar la valorización como estrategia prioritaria para el tratamiento de los mismos. La valorización de residuos permite transformar estos en energía o nuevas materias primas, «completando el círculo».
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En 2021, la economía española generó casi 140 millones de toneladas de residuos, de acuerdo con el informe Grandes Cifras del Sector del Reciclado de Residuos 2022 elaborado por IFMA España. Esto es, aproximadamente un 30% más que el año anterior. De esta cantidad, únicamente se reciclaron un 15% de los residuos totales; el resto se depositaron en vertedero.
Con una gestión de residuos correcta, la mayoría de estos desechos podrían revalorizarse. La Ley de Residuos española subraya la importancia de la valorización dentro de un modelo de producción y consumo circular, asegurando que su manejo y tratamiento se realice sin dañar el medioambiente ni poner en peligro la salud de las personas. Descubre cómo funciona la valorización de residuos, una estrategia primordial para la economía del futuro.
La valorización es, conforme a la Directiva de Residuos 2008/98/CE, «cualquier operación cuyo resultado principal sea que el residuo sirva a una finalidad útil al sustituir a otros materiales que de otro modo se habrían utilizado para cumplir una función particular, o que el residuo sea preparado para cumplir esa función, en la instalación o en la economía en general».
En otras palabras, la valorización de residuos se define como aquel proceso que conlleva la recuperación y el aprovechamiento de recursos, energía o materiales útiles a partir de desechos. Su fin es dar un valor adicional al residuo en lugar de desecharlo de manera convencional.
Conviene diferenciar la valorización del reciclado. El reciclado es un tipo de valorización. Entre las operaciones de valorización, recogidas en el anexo 2 de la citada directiva marco europea, figuran la valorización energética y la valorización de materiales. Dentro de esta última, se encuentra el reciclado, que consiste en la transformación del residuo en un nuevo producto, material o sustancia, con la misma o distinta finalidad original.
Atendiendo a su objetivo final, existen dos tipos de valorización de los residuos:
La valorización energética permite, a través de su incineración directa, transformar aquellos desechos que no pueden ser reciclados en energía para aprovechamiento térmico doméstico o como combustible para uso industrial. Se priman las fuentes renovables alternativas como el biogás o el biometano.
Para la conversión de los desechos no peligrosos (papel y cartón, vidrio, plástico ligero, madera, metales, componentes de aparatos electrónicos y residuos orgánicos, entre otros) en nuevos materiales. Estos llamados residuos valorizables volverán a incorporarse al sistema productivo, completando así el ciclo de la economía circular.
La normativa vigente obliga a las autoridades competentes en materia de prevención y gestión de residuos a adoptar las medidas necesarias para proteger la salud humana y el medioambiente. En España, la gestión de los residuos está regulada por la Ley de Residuos 7/2022, de 8 de abril, que destaca la valorización energética como parte importante de una economía circular.
De este modo, es posible mejorar la eficiencia de los recursos y optimizar los procesos productivos, avanzando hacia un modelo de residuo cero. La Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular establece la siguiente jerarquía del tratamiento de los residuos para «conseguir el mejor resultado medioambiental global»; por orden de prioridad:
La adopción de estas prácticas de valorización de residuos supone múltiples ventajas, tanto ambientales o para el entorno natural como a nivel económico y social. Una de las principales es la reducción del volumen de biorresiduos en vertedero y, con ello, de la generación de líquidos y gases contaminantes derivados de su acumulación. Asimismo, se fomenta el uso de energías renovables.
Otro de los grandes beneficios de la valorización de los residuos, que se ven reflejados en la economía circular, es el ahorro para las empresas al transformar sus residuos y no adquirir nuevas materias primas. En el ámbito social, cabe destacar la creación de empleos verdes.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el sector de la recogida y tratamiento de residuos representa el 26% de todo el empleo generado por la economía verde en España. Las previsiones de la Comisión Europea apuntan a que, de aplicarse toda la legislación vigente en materia de residuos, en los próximos años se crearán más de 50.000 puestos de trabajo solo en nuestro país.
La valorización de residuos se considera una actividad esencial para la economía verde española. Un eje principal de su estrategia de economía circular para lograr un desarrollo sostenible. Por medio del reciclaje, la recuperación, la reutilización o su transformación en energía, este innovador modelo de gestión de residuos brinda una segunda oportunidad a los desechos, evitando que acaben en el vertedero.
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