Aprende cómo aplicar la economía circular en tu empresa con esta guía práctica: beneficios clave, pasos estratégicos, KPIs y herramientas digitales.
La presión de reguladores, inversores y consumidores es cada vez mayor. Los gobiernos están impulsando normativas más estrictas para controlar las emisiones, el uso eficiente de recursos y la gestión de residuos.. Los consumidores exigen productos más responsables y la volatilidad en los precios de materias primas es cada vez mayor.
Este contexto obliga a repensar cómo hemos estado haciendo las cosas hasta ahora, impulsando un cambio profundo en la manera en la que las empresas deben operar para mantenerse competitivas.
La economía circular ha dejado de ser un concepto teórico para convertirse en una estrategia real que, como veremos a continuación, aporta resultados medibles en rentabilidad e innovación a nivel global.
Como hemos visto de forma extensa en el artículo “Economía Circular en las Empresas: qué es y cómo aplicarla”, a diferencia del modelo tradicional lineal de extraer, producir, usar y tirar, la economía circular cambia la manera en la que fabricamos, consumimos y gestionamos recursos.
En lugar del esquema lineal tradicional, en el que los materiales se utilizan una sola vez para después desecharlos, la economía circular busca cerrar ese ciclo: mantener los materiales en circulación el máximo tiempo posible, facilitando su reparación, reutilización y reciclaje.
Sorprende que el último Circularity Gap Report (2025) determine que la tasa de circularidad global es del 7%, hasta 2 puntos menos que en 2018. El estudio concluye que el consumo mundial de materiales está superando el crecimiento de la población y generando más residuos de los que los sistemas de reciclaje pueden gestionar.
Adoptar modelos circulares aporta beneficios tangibles que refuerzan la competitividad empresarial en un mercado global cada vez más exigente:
La economía circular optimiza el uso de recursos y reduce la generación de residuos, lo que impacta directamente en los costes operativos. Según la Ellen MacArthur Foundation, las empresas europeas podrían ahorrar hasta 600.000 millones de euros anuales mediante estrategias circulares de eficiencia en materiales.
Además, la reutilización y el reciclaje disminuyen la dependencia de materias primas vírgenes, amortiguando la exposición a la volatilidad de los precios.
El enfoque circular impulsa la innovación en diseño, materiales y modelos de negocio. Por ejemplo, empresas tradicionales han desarrollado modelos de product-as-a-service, aumentando el ciclo de vida de sus productos y creando nuevas fuentes de ingresos. Es el caso de Philips Lighting/Signify que ofrece iluminación como servicio: los clientes pagan por luz, no por lámparas. Así, Philips mantiene el control sobre los materiales y optimiza su reutilización.
Otro ejemplo de innovación para la circularidad es Fairphone, con un diseño de producto orientado a la durabilidad, el desmontaje y la reparación. Fabrica smartphones modulares y reparables, reduciendo residuos electrónicos y fidelizando a un público consciente. Este enfoque permite destacar frente a competidores tradicionales.
El panorama regulatorio en la UE cambia rápido: normativas como el Pacto Verde Europeo, la Responsabilidad Extendida del Productor (EPR), y nuevas obligaciones de transparencia en informes ESG y sostenibilidad (como la Directiva CSRD), exigen a las empresas asumir mayor responsabilidad sobre todo el ciclo de vida de sus productos. Estas medidas están dirigidas a impulsar la reducción, reutilización y reciclaje, haciendo esfuerzos hacia la transición cara una economía más circular.
Adoptar modelos circulares facilita el cumplimiento y reduce el riesgo de sanciones o costes regulatorios inesperados.
Los inversores priorizan cada vez más proyectos alineados con criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Según Morningstar, los activos en fondos sostenibles superaron los 3 billones de dólares en 2023. Las empresas con estrategias circulares mejoran su perfil ESG, facilitando el acceso a capital verde.
El 73% de los consumidores globales afirma que cambiaría sus hábitos de consumo para reducir su impacto ambiental. Las empresas circulares construyen marcas más atractivas, generan lealtad y se posicionan como empleadores deseables, especialmente entre las generaciones jóvenes.
Paso 1.1 — Análisis del contexto externo
Analiza tendencias regulatorias, expectativas del mercado, riesgos ambientales y sociales, y presiones de clientes y stakeholders.
Esto te permitirá identificar oportunidades y amenazas para tu negocio en relación con la economía circular.
Paso 1.2 — Diagnóstico interno
Evalúa la misión y visión de la empresa, los procesos actuales, el ciclo de vida de tus productos y servicios, flujos de materiales y energía, y competencias internas.
Realiza un análisis de flujos de materiales y energía para identificar puntos críticos de residuos y emisiones.
Paso 1.3 — Compromiso del liderazgo
Asegura que el equipo ejecutivo respalde la transición hacia un modelo circular y la integre en la estrategia empresarial. Este compromiso es clave para movilizar recursos y generar una cultura de cambio.
Paso 2.1 — Definir visión circular
Establece los objetivos principales de la implantación de la economía circular para tu empresa: resiliencia, rentabilidad, diferenciación, impacto ambiental…
Paso 2.2 — Fijar objetivos claros
Define metas cuantitativas y cualitativas alineadas con la visión, por ejemplo:
Paso 3.1 — Identificar oportunidades circulares
Analiza oportunidades en estas áreas:
Paso 3.2 — Priorizar estrategias
Selecciona las estrategias más relevantes según:
Paso 3.3 — Plan de acción
Elabora un plan detallado que incluya:
Paso 4.1 — Desarrollo de capacidades y cultura organizacional
Paso 4.2 — Rediseño de productos y procesos
Paso 4.3 — Integración en la cadena de suministro
Paso 5.1 — Medición del desempeño circular
Define y monitoriza indicadores clave (KPIs), como:
Paso 5.2 — Reporte y comunicación
Paso 5.3 — Revisión y mejora continua
La digitalización es esencial para aplicar la economía circular, especialmente en grandes empresas donde la complejidad y el volumen de datos es muy alto.
Una de las áreas clave de la circularidad es el seguimiento completo de los residuos, desde su origen hasta su recuperación o disposición final. Este control integral permite detectar oportunidades para la reducción de residuos, la reintegración de materiales en la cadena de valor y mayor transparencia, facilitando el cumplimiento normativo, reduciendo errores y costes administrativos.
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