Traemos un resumen de las principales noticias europeas e internacionales de 2025 sobre reciclaje, economía circular y regulación de residuos: cierres de plantas, nuevas normas, objetivos de reciclaje y presión regulatoria en la UE.
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El año 2025 está marcando un punto de inflexión para la economía circular en Europa, con grandes tensiones en la industria del reciclaje y un creciente debate internacional sobre el futuro de los materiales, los residuos y los recursos estratégicos.
Los recicladores europeos de plásticos afrontan una crisis sin precedentes. Plastics Recyclers Europe (PRE) advierte de un riesgo real de colapso del sector si no se adoptan medidas políticas urgentes. La entrada de importaciones a bajo precio, la debilidad de la demanda, el aumento de los costes operativos y la carga administrativa están provocando el cierre de plantas en numerosos países. Se estima que cerca de un millón de toneladas de capacidad podrían desaparecer antes de 2025, comprometiendo los objetivos europeos de economía circular y descarbonización.
La Comisión Europea ha acogido favorablemente el acuerdo político alcanzado sobre el paquete Omnibus I, que introduce medidas de simplificación en la Directiva de Información sobre Sostenibilidad Corporativa (CSRD) y la Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad (CSDDD). El objetivo es reducir la carga administrativa, aumentar la flexibilidad regulatoria, proteger a las empresas de menor tamaño y recortar los costes de cumplimiento, sin renunciar a los objetivos de sostenibilidad ni a la competitividad de la UE.
Un estudio publicado en 2025 concluye que el Reino Unido podría generar hasta 5.400 nuevos puestos de trabajo si deja de exportar residuos plásticos y apuesta por el desarrollo de infraestructura de reciclaje nacional. El informe prevé la construcción de hasta 15 nuevas instalaciones de reciclaje antes de 2030 y advierte de que la exportación de residuos sin tratar debilita los objetivos de economía circular y desplaza impactos ambientales a otros países.
La evaluación publicada en 2025 por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) señala que solo nueve Estados miembros están en condiciones de cumplir los objetivos vinculantes de reciclaje de residuos municipales y de envases fijados para 2025. El informe destaca la dependencia persistente del vertido, especialmente en el caso de plásticos y textiles, así como la falta de infraestructuras adecuadas para la recogida separada y el reciclaje de alta calidad.
En agosto de 2025, la Comisión Europea lanzó una consulta pública de gran alcance para preparar la futura Ley de Economía Circular, que definirá el marco normativo europeo para el periodo 2026–2030. La propuesta aborda requisitos de ecodiseño, criterios de rendimiento en reciclabilidad, medidas de prevención de residuos y una mayor claridad en los criterios de fin de condición de residuo. La consulta permaneció abierta hasta el 6 de noviembre de 2025.
El Reglamento (UE) 2025/40, que sustituye a la Directiva de Envases de 1994, es de aplicación obligatoria desde febrero de 2025. Introduce normas armonizadas a escala europea sobre envases reutilizables y rellenables, niveles mínimos de reciclabilidad, obligaciones de ecodiseño, requisitos de compostabilidad y un sistema de etiquetado común. Se trata de una de las reformas más relevantes en política de residuos de las últimas décadas.
A mediados de 2025, la Comisión Europea presentó un nuevo paquete de iniciativas orientadas a duplicar el uso de materiales reciclados antes de 2030. Entre las medidas destacan la revisión del Reglamento sobre traslados de residuos, nuevas acciones en materia de residuos eléctricos y electrónicos, y el refuerzo de los incentivos a la innovación para impulsar la reutilización, la reparación y el reciclaje de alta calidad en el mercado interior.
Delegaciones de más de 100 países se reunieron en Ginebra en 2025 en una ronda decisiva de negociaciones para un tratado internacional jurídicamente vinculante contra la contaminación por plásticos. El debate se centró en si el futuro acuerdo debe incluir límites a la producción de plásticos, y no únicamente medidas sobre gestión de residuos y reciclaje. El resultado marcará la regulación global de los plásticos en las próximas décadas.
A finales de 2025, el reciclaje de aluminio, especialmente la recuperación de chatarra de alta calidad, se convirtió en un elemento estratégico ante la creciente demanda de materias primas críticas para la transición energética. Las instituciones europeas estudian posibles restricciones a la exportación de chatarra metálica para asegurar el suministro interno, reflejando un cambio de enfoque en el que los metales reciclados pasan a considerarse recursos estratégicos.
Un informe global publicado en 2025 muestra que las tasas de reciclaje de plásticos permanecen por debajo del 10 %, a pesar del crecimiento sostenido de la producción. El análisis subraya las limitaciones estructurales del reciclaje mecánico y reclama reformas profundas. En Europa, el sector insiste en la necesidad de criterios armonizados de fin de residuo para los plásticos, con el fin de reforzar los mercados de materias primas secundarias.
En 2025, la Comisión Europea inició consultas para definir las normas sobre el contenido reciclado químicamente en plásticos, un paso clave para integrar estas tecnologías avanzadas en los marcos regulatorios de la economía circular. Junto con objetivos de reciclaje más exigentes para el periodo 2025–2030, estas iniciativas están incentivando inversiones en reciclaje químico, procesos de conversión avanzada y la valorización de flujos complejos de residuos.
En 2025, las organizaciones europeas del sector del reciclaje instaron a la Unión Europea a establecer criterios comunes de fin de condición de residuo para los plásticos. Un marco armonizado permitiría eliminar barreras al comercio interior, reducir cargas administrativas, aportar seguridad jurídica y fortalecer la demanda de plásticos reciclados a lo largo de las cadenas de valor europeas.
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